La música te lleva a otros mundos; las melodías, los sonidos, las frecuencias, entran por tus oídos e invaden todo tu ser, cuando esto ocurre, inmediatamente tu cuerpo reacciona: comienza a moverse, tu mente se detiene por un instante y se deja llevar por el movimiento de tu cuerpo, fluyes, expresas, vibras y por unos momentos te olvidas de todos los prejuicios, las ideas, las creencias y te envuelves en una danza que te permite sentir que eres uno con el universo, te mueves a su ritmo, te conectas con su latido, el cual late al mismo ritmo de tu corazón.
Cuando escuchas la música no solo con tus oídos, sino con todo tu cuerpo, en ti vibra cada célula y te conectas con tu más profundo sentir; mientras más te lo permites, más te mueves y más recuerdas la grandeza de tu ser, te sientes parte del todo, recuerdas que siempre has estado ahí, que siempre has estado en tu hogar. Cuando escuchas la música con todo tu ser y la danzas, te conectas con el movimiento de la vida, puedes entrar de un estado a otro, te abres, te cierras y te vuelves a abrir; sientes la vida en ti, sientes la grandeza y la divinidad de cada sensación, de cada emoción y al final solo sientes plenitud.
Danzar, moverse, fluir, entrar, salir y dejarse llevar por el sonido, por la música, por el ritmo, te recuerda que estás vivo, y que a través de tu cuerpo puedes comprender lo que no has entendido desde la razón, te conecta con lo que hay, y te das cuenta de que es suficiente y de que tienes en tu interior todo para ser feliz. La música y la danza te dan la posibilidad de verte, de reconocer lo que te sucede, de soltarlo y continuar danzando.
Ven a vivir esta experiencia en Brain Balance.
Laura Coy Molina
Psicologa Integral