La Familia: Maestra de Vida

Todos los seres humanos nacemos dentro de un sistema llamado familia, la mayoría de las veces no nos damos cuenta de la grandeza de esta, ni de la fuerte influencia que genera en nuestra vida; este sistema familiar puede ser llamado también árbol genealógico y está conformado hasta por cinco generaciones, teniendo en cuenta la cultura, los bisabuelos, los abuelos, los padres y los hijos; cada una de estas generaciones ha ido transmitiendo a sus descendientes ideas, sentimientos, pensamientos y emociones que marcan la vida actual de manera positiva o negativa, pero que de igual forma nos llenan de aprendizajes en el camino del encuentro con nosotros mismos.

Nuestra familia es considerada como la gran maestra de nuestra vida, porque es a través de ella como aprendemos a conocer el mundo, ella nos impregna de saberes, de emociones, de imágenes, de condicionamientos, de percepciones, de vida y también de muerte… Es a través de nuestros padres que recibimos la vida, y ellos recibieron su vida a través de nuestros abuelos y así sucesivamente; vemos entonces como la familia es una red, un sistema que transmite de generación en generación lo que ha aprendido; esta información no es solamente física sino también emocional y ambiental

Alejandro Jodorowsky en su teoría sobre la metagenealogía nos dice que el árbol genealógico se puede convertir en una trampa o en un tesoro; y es por esto que la familia puede llegar a ser nuestra gran maestra; nuestra familia actual o la llamada nuclear está impregnada de creencias sociales y culturales que se han transferido a través de las generaciones pasadas, cuando esto que se ha tomado es algo positivo influye en el crecimiento como personas, cuando es algo negativo nos lleva al estancamiento de la vida y sobre todo a hacer cosas que no nos hacen felices; teniendo en cuenta estas situaciones que se repiten y que generan inconformidad con el ser, es que se puede ver el árbol como una trampa o como un tesoro.

De acuerdo a lo anterior se percibe como se hacen presentes dos fuerzas en la vida de las personas; la imitadora que hace referencia a seguir el legado, continuar con las repeticiones del pasado y que generan malestar; y la creadora que hace referencia a la consciencia universal y al futuro, es decir la persona toma lo que necesita de su árbol para guiar su propio proyecto en libertad.

El sentido de la vida para los seres humanos es entonces, ser nosotros mismos y realizar nuestro propio destino; para esto se hace necesario conectarnos con los deseos más profundos de nuestro corazón, esto no quiere decir rechazar todo lo que hemos aprendido de nuestra familia, sino tomar lo que necesitamos de ella y lo que nos ha ayudado a crecer para así ir forjando día a día nuestro propio camino, en el momento en que tomamos la familia como maestra nos damos cuenta que a pesar de sus aciertos y sus errores nos ha suplido de lo que necesitábamos, porque no hay mejor familia que la que nos tocó, o la que elegimos; dentro de ella nos enfrentamos a diversas situaciones que nos ayudan a adquirir la fuerza para desafiar al mundo, pero es cada uno quien decide aprender de ella o seguir sumergido en los mismos patrones que únicamente nos llevan a la perpetuación de situaciones que solo generan infelicidad.

Cuando comenzamos un camino de crecimiento personal, independientemente del motivo que nos lleve a hacerlo, es importante crear consciencia de todo lo que no nos pertenece, es decir las ideas, creencias, emociones y sentimientos que han sido transmitidas familiar y culturalmente, y comenzar a explorar en nuestro interior, qué es lo que queremos, lo que nos hace felices, lo que nos hace especiales, y atrevernos a ser diferentes a los demás, a seguir nuestro sentir y a ser nosotros mismos, para así ser creadores de nuestra propia vida.

En Brain Balance a través de la Terapia Familiar Sistémica te ayudamos a comprender las dinámicas de tu sistema familiar, a reconocer y a sanar los bloqueos que se manifiestan a través de dificultades en las relaciones y síntomas físicos y/o emocionales en algún miembro de la familia.

Laura Coy Molina
Psicóloga Integral