Llega un momento en la vida, en el cual emprendes un camino de consciencia, un camino en el que empiezas a mirar hacia adentro, a encontrarte a ti mismo/a. Comienzas a observarte, a ser consciente de tu cuerpo, de tus emociones, de tus pensamientos, de tus creencias, de tus relaciones, de tu deseos; y van apareciendo de a poco tus luces y tus sombras, es decir todo aquello que reconoces y no reconoces en ti… todo lo que eres.
En la medida en que caminas, pueden aparecer situaciones que creías que ya estaban superadas, surgiendo así preguntas tales como ¿Qué tanto he avanzado? ¿estoy retrocediendo? ¿Qué tan reales han sido los aprendizajes? Estas preguntas emergen ante la duda y la falta de confianza del camino que has realizado; estas ideas son tal vez un desvió de la mente, del ego, de la imagen que has tenido de ti mismo durante un largo tiempo y que a medida que eres más consciente de tu ser se va desestructurando; estas ideas pueden aparecer también porque vamos encontrando diferentes zonas donde nos sentimos seguros y cómodos, y aunque seguimos avanzando hay lugares a los que tal vez aún nos cuesta entrar y no lo hemos reconocido.
Al pasar por un escenario similar en la vida no es que precisamente lo estés repitiendo o que no hayas aprendido lo suficiente, pues hay diversas situaciones que pueden parecer similares, pero en realidad te están mostrando otras perspectivas, otras miradas, de las cuales tal vez no te habías percatado, que lo hacen es llevarte a tus límites, a salir de tu zona de confort; salir de ésta, implica entrar a los lugares más oscuros que hay en ti y desde allí encontrar la fuerza para salir victorioso; así mismo significa conectar con los más profundos temores y desde allí explorar el coraje y la fuerza que hay en ti para afrontarlos con valor.
Dejar tu comodidad precisa cambiar tu mirada ante la vida, moverte de lugar, pues en el que estás te encuentras cómodo y solo te mueves en lo conocido; desde allí aparentemente todo es fácil para ti, aunque en realidad no estás tan cómodo como crees, este camino de mirar hacia adentro, de arriesgarte hacia lo desconocido y de expansión de la conciencia te lleva desestructurar tu ego, pues las situaciones límites te obligan a crear nuevas estructuras que sean más acordes a lo que estás viviendo, ya que no puedes operar desde tu comodidad; cuando sales de tu zona de confort, es porque te enfrentas con los que creías que eran tus límites y simplemente te das cuenta que hay mucho más en ti… que los límites solo están en tu mente.
Este proceso de abandonar de tu zona de confort, es un camino que te lleva a expandir tu consciencia, que te permite entrar a los lugares más profundos de tu ser, escuchar más tu corazón y dejarte guiar por él; pues cuando lo escuchas atentamente aprendes a reconocer que no hay ninguna decisión errónea, pues independiente de las consecuencias que traigan, lo más valioso que te queda son los aprendizajes que te permiten seguir caminando, creciendo, conociéndote y desplegando tu ser auténticamente, viendo cada experiencia como una oportunidad para ser renacer conscientemente en cada instante.
Laura Coy Molina
Psicóloga Integral